7/01/2014
De personas, caminos y laberintos
En el estudio de la teoría, las metodologías, los protocolos, el aprendizaje de las patologías, las etiquetas y demás parámetros para aplicar el trabajo del musicoterapeuta, muchas veces nos olvidamos de que tras el diagnóstico hay una persona. Única. Especial. Individual.
En los comienzos del ejercicio de mi profesión solía pensar que en la elaboración y desarrollo de las sesiones todo debía estar especificado y las dinámicas debían desarrollarse tal y como habían sido diseñadas. Al milímetro. Cuando las cosas no salían tal y como había previsto me ofuscaba y frustraba conmigo misma y con el medio.
Poco a poco, y gracias al trabajo de cada día, he aprendido que no es la persona que asiste a sesión quien debe adaptarse al musicoterapeuta sino al contrario. Desde mi punto de vista, la función del musicoterapeuta debe ser la de acompañar a la persona a través de procesos musicales para desarrollar su calidad...